“El Alentejo es a modo el Fado portugués: plenamente acostumbrado, de una complejidad atrayente y con un conmiseración que no se pelusa.” (Lonely Planet Portugal).
Muchos se preguntarán qué es el Alentejo o dónde está con precisión. En realidad está tan valla que yo misma me sorprendí al no haber jamás escuchado hablar de la división más grande de Portugal o no haber nunca conocedor ausencia sobre este lugar cautivador de inmensas llanuras doradas, colinas y viñedos, diminutos pueblos blancos y maravillosas villas medievales.
Para la mayoría de los viajeros no es más que la extensa cenefa de arcilla que separa España de Lisboa, y que fue en tiempos pasados un colosal propiedad de cereal rodeado por encinas y alcornoques. Actualmente, los campos sembrados han sido sustituidos por viñedos y olivares. Sus vinos, conclusión natural de este horizonte y del cálido medio, están dentro los mejores de Portugal. Gran parte del 75% del corcho internacional que proviene de Portugal se produce junto.
- Mertola, Cuenca del Guadiana. Vinos del Alentejo
- Si queréis probar los vinos de ribera del duero
Fue por una mera chamba si nos encontramos a orillas del río Guadiana a contemplar extasiados desde el desusado Monasterio de São Francisco la pequeña ciudad medieval de Mértola. Lo que había sido previsto tanto una escapada al Algarve, se transformó en un relajante y chocante fin de semana descubriendo Mértola y sus alrededores.
En realidad fue asaz comprensible llegar a Mértola; entrando en Portugal desde Andalucía, en vez de seguir la pista E1, nos dirigimos hacía el norte, hacía Beja, por la autovía N122 aventurándonos en el Parque Natural do Boleto do Guadiana. Mértola es el corazón del arboleda y el mejor sitio para contemplar las apacibles vistas del río Guadiana.